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©By Abdel Hernandez San Juan, 


Los Angeles, California, USA



   Durante los últimos meses del año 2002 yo estoy viviendo en Houston en Timmons Lane, entre las avenidas Westheimer y Richmond, me encuentro en ese momento decidido a viajar a Caracas con la finalidad de restablecerme en la ciudad y viajar luego a vivir en Manhattan unos años, obtengo rápidamente la visa venezolana, pero con las maletas hechas, reviso mi inbox en Rice University y tengo un email desde Los Angeles invitándome a participar con una ponencia en un panel para un llamado así Festival de Arte de Los Angeles. He estado antes en California en el 98 donde me he establecido un mes con mi amiga Leonor Antoni en su casa en Oakland, y he realizado una rica variedad de Field Photographies en Berkeley, San Francisco y Santa Cruz, no conozco Los Angeles, me motiva el email y tomo una decisión, ir. 

   Además de mi ponencia Relaciones y Diferencias entre Las Artes: Un Asunto de historia de la Conciencia, que doy en el panel, visito esa misma noche una muestra que se inaugura en la planta baja del mismo edificio en que toma lugar el panel y en el que horas antes he discutido mi lecture, se trata de la galería expositiva de la casa de la cultura japonesa, en ella Heidi Abderhalden and Rolf, artistas colombianos del mundo del teatro, directores del grupo Mapa Teatro, despliegan una pieza en la que sus distintos elementos transcurren simultáneamente, sin comienzo o final, entrada o salida.

   El sitio expositivo, que describe una L dispone dos puertas amplias a cada lado, los espectadores no pueden volcarse enteramente dentro del espacio expositivo por cuanto en el mismo transcurren desarrollos corporales que envuelven movimiento y actores, se amontonan entonces alrededor de estas puertas intentando en lo posible obtener una visual que les permita entender que transcurre adentro. Este modo teatral de tratar el espacio expositivo, la galería de arte, dándole a los espectadores una pauta preestablecida sobre cuando entrar o en qué momento de algo que transcurre, permaneciendo así en tanto auditórium, a la manera del teatro, delimitada la distancia entre el espacio en que transcurre la obra, que en teatro algunos llaman escenario y otros plataforma, y el espacio del publico o platea, situando a los espectadores afuera, llamo mi atención desde el inicio, sentí de inmediato la galería de arte tratada como un espacio de mise in scene, algo que no deja de ocurrir en modalidades del performance como lo entendemos en artes plásticas cuando estos son algo mas teatrales que otras modalidades. 

   La separación entre el público y la mise in scene, sin embargo, dura apenas unos minutos, unas imágenes son proyectadas de modo continuo sobre las paredes, escaleras automáticas de corredera que suben y bajan, y de momento se da el paso al auditórium, la galería expositiva de inmediato se llena, Heidi Abderhalden and Rolf están moviéndose por todo el espacio con una cámara de filmación haciendo tomas rápidas del público y el modo en que el público se relaciona con distintos performances artísticos que están ocurriendo de modo simultaneo en distintos puntos del espacio, la movilidad es rápida en base al presente ahora/aquí de aquel seetting, se requiere consultar minuciosamente el material visual/documental posteriormente. 

   El modo en que Heidi Heidi y Rolf trata la cámara llama mi atención, no se trata de tomas hechas con sobriedad en actitud documental tratando de lograr  minuciosamente la relación entre una pieza, la iluminación ambiental y su registro, se trata de una cámara que entra a formar parte de la escena visual, es decir, de la mise in scene expositiva en un modo de performance, tampoco es un acento sobre la imagen de la cámara, sino del ocurrir in situ de un cuerpo que se mueve como una gestual por el espacio con una cámara como artefacto tecnológico creando in situ una gestual, la cámara sobrecogida por la instantaneidad de una relación.

    Moviéndose de acuerdo a la misma instantaneidad que caracteriza aquello alrededor de lo cual se despliegan como settings, esta capta las relaciones únicas entre un público que está recorriendo el local, el cual en pocos minutos dejara de estar, su objetivo es una variedad de rápidas escenificaciones que están transcurriendo simultáneamente en distintos puntos de ese espacio, es una muestra que ocurre un solo día durante una inauguración en el espacio repleto de un público caracterizado por tratar de ver por encima de los demás lo que nadie a ciencias ciertas puede más que asir de modo parcial, fragmentos rápidos que cada quien ha podido ver, elementos los cuales luego no prevalecen en el espacio sino que como en el cine o el teatro, tienen o reciben una duración, definida esta ultima por el tiempo que toma el transcurrir mismo de los espectadores por el espacio. 

    Esta relación entre una mise in scene en la que transcurren cosas simultáneamente en el espacio pero cuya duración es definida no por la temporalidad de los elementos que la integran, sino por la duración del tiempo en que los espectadores entran y salen, relaciona esta obra de Heidi y Rolf con ciertos aspectos espacio temporales propios a lo que en artes plásticas llamamos happening, sin embargo, considerando los elementos en sí que la integran, no se trata propiamente de happening. En el happening los elementos que integran la muestra, aquello en lo que ella consiste, aquello que se ve como mostrado o expuesto, es acerca de, versa sobre, o tematiza el hecho mismo de que los espectadores están en una muestra que dura lo que dura el recorrido de esos espectadores por ese espacio. En tanto en realidad, los elementos que integraron esta muestra de Heidi adquirían ellos mismos por lo que en si consistían, un sentido semántico propio a lo que esas escenificaciones describían.

    La proyección de un lup continúo sobre la pared de escaleras automáticas de correderas atraves de las cuales como en los aeropuertos o en grandes moles, las personas se trasladan, suben y bajan, una chica parada recta recostada con todo su cuerpo y su espalda a la pared como si estuviese mostrada o expuesta cuya única acción es permanecer comiéndose algo mientras transcurre la escena, encontrar en el publico una chica vestida de payaso de cuyos ojos pende una lagrima pintada, no sabiendo si forma parte de la obra o corresponde al público, la proyección de un setting visual en el que los espectadores pueden percibir a unos travestis, o Heidi y Rolf con la cámara y un joven tocando guitarra, entre otras pequeñas escenificaciones que me fue imposible retener, no son acciones que se refieran, como su tema o asunto, al hecho de que un grupos de espectadores recorren el espacio de una obra de arte cuya duración será, en tanto obra, la misma que dure el recorrido de entrada y salida de esos espectadores en su recorrido por ese espacio.

   Dado lo antes razonado, por aquello en que los elementos consisten, versan, remiten, denotan o refieren, incluido el campo semántico tomando a cada uno en su especificidad, se trataría antes bien de lo que en artes plásticas entendemos como performance y más específicamente, dado el uso en esos performance de proyecciones de imágenes, se trataría de una modalidad que en artes plásticas llamamos multimedia performance. No debemos, sin embargo, dejar de apuntar, el que siendo en tanto elementos, modalidades de multimedia performance, este último en artes plásticas no recibe su tiempo y duración del tiempo y duración del espectador, antes bien, si es un performance, o un multimedia performance, entonces es aquello que los elementos proveen, lo que exige a los espectadores supeditar su tiempo a la duración que esos elementos requieren, a los imperativos espacio-temporales que esas escenificaciones, desarrollos corporales y proyecciones de imágenes piden y exigen como relativos a su propia estructura.

  Cuando aquello en lo que la obra consiste versa sobre aquello que le ofrece a la obra misma en su conjunto su propia realidad, incluida su realidad física espacio-temporal, aquello gracias a lo cual se puede decir que la obra existe porque consiste en esto o aquello, que mide tanto o dura tanto, supeditándose en lo que consiste la obra a aquello que le da su realidad, hablamos en artes plásticas de un happening, esta es pues la diferencia principal entre el happening y el performance en artes plásticas, en tanto el performance en plástica no requiere remitirse a aquello que da realidad a la obra como fenómeno físico, espacio temporal o relacionado a sus espectadores, puede versar sobre cualquier otro asunto adentrándose incluso dada la consistencia propia a los elementos que la integran, en temas otros no relacionados a la obra, de narrativas, aspectos visuales, plásticos, estéticos, corporales o dramatúrgicos a la semántica de la obra.

    Si bien el concepto de performance en sentido lingüístico tanto como en aquel más amplio que significamos cuando decimos la performance humana, entendida como el conjunto de las actividades que realizamos entre el día y la noche, abarca y supone relaciones espacio temporales que son las mismas que se extienden como el transcurrir de nuestra vida cotidiana, las actividades en qué consiste nuestra vida diaria, esta acepción de performance corresponde a la lingüística y a la sociología, en el lado de las ciencias humanas, en tanto en las artes plásticas, cuando comienza a tratarse del sentido de esta acepción, comienza a dejar de ser entendido, visto o mezclado con lo que especializadamente entendemos como performance, una modalidad proveniente de la pintura de acción, y comienza a entenderse a través de una relación que definimos como arte-vida, en pocas palabras, el arte acoge en el arte mismo a esa performance y la diluye en la relación arte-vida no llamándole entonces para esas acepciones propiamente performance. 

    A pesar de ello es preciso subrayar que tampoco en la relación extensiva o diluida entre el arte y la vida, las relaciones espacio temporales transcurren en los términos en que definíamos antes esta relación para el happening por cuanto importa poco en la relación arte-vida el que haya tomado lugar o no alguna escenificación o el mostrar de alguna obra, y el que la duración de esta haya sido o no la duración misma del itinerario de los espectadores. Lo anterior explicita como en las artes plásticas se trata de mantener la noción de performance supeditada a una cierta idea de estructura interior, o consistencia espacio-temporal provista por los elementos mismos que conforman la obra, y muy especialmente, por el hecho de que aparezca la imagen del cuerpo entendida como un elemento que entra a formar parte en la propuesta plástico visual de la obra evitándose así el performance la tendencia del happening a supeditar la estructura espacio-temporal propia a la obra a una relación espacio temporal otra, como aquella propia a la duración que toma el recorrido de los espectadores.

    Sin embargo, al mismo tiempo, debemos subrayar que esta nuestra tendencia especializada a supeditar el performance en plástica a una estructura interior proveída por la consistencia misma de la obra en su unicidad, explicita relaciones poco elaboradas en nuestro ámbito sobre las relaciones entre el performance en artes plásticas y las relaciones o distintos modos en que suponemos en plástica la relaciones entre imágenes y textos, las fenómenos texto-visuales y por el mismo motivo, en unas modalidades cuestiones relativas a subyascencia narrativa de la imagen o la materia, es decir, supuestos implícitos como subyascencias narrativas propias a la imagen misma, bien implícita a su propia descripción, los modos en que el performance hace referencias a sí mismo, sus recursivos tautológicos o sus bucles, bien relacionadas a su propia dramaturgia, es decir, a relaciones semánticas y de sentido que aunque entendidas de acuerdo o en adecuación a su estructura interior de obra, suponen una cierta narrativa con la trama que esta sugiera.

   Destaca respecto a lo anterior el paradójico hecho de que mientras el performance en plástica no cede su carácter de estructura correspondiente a la consistencia interior de la obra autoral, por otro lado, evita y se distancia ante aquello que mantiene el performance propiamente teatral, proveniente del mundo del teatro, supeditado a unas relaciones entre narrativa, dramaturgia y drama que quedan absorbidas por supuestos de ficción escénica más o menos acentuados, o impregnando en cualquier modalidad las relaciones narrativo-dramatúrgicas, y texto-visuales, o bien a relaciones entre ficción y realidad o bien supeditadas a principios miméticos que subordinan el performance proveniente del teatro a relaciones entre mimesis y representación en cualquiera de los modos que esta relación adquiere. 

    Si bien es sobre todo por este motivo que el performance considerado teatral queda excluido de las acepciones plásticas del performance, no debemos dejar de subrayar que en sus relaciones texto-visuales el performance de plástica esta inevitablemente compelido a considerar bastante más de lo que usualmente, y sobre todo en aquellas modalidades algo más teatralizadas, cuando los movimientos que el cuerpo describe con objetos o por el cuerpo mismo como imagen, suponen una cierta dramatización, relaciones texto-visuales que supongan, no solo las preguntas por la instancia documental y reconstructiva que han centrado la atención del performance plástico en su recursividad tautológica o su bucle autorreferencial, o texto-multimediales, que han centrado nuestra atención hacia las formas modales de su presentacionalidad y su desenvolvimiento espacial como obra, sino también relaciones texto-visuales que suponen tanto preguntas narratológicas como preguntas dramatúrgicas aunque lo sean de un distinto orden.

    Como desarrollaba en unas conferencias recientes,  la dimensión espacio temporal del performance en artes plásticas es determinante tanto a su praxis artística y estética, la elaboración de las obras, como a su análisis y a su crítica. Imaginemos que consideramos un ámbito social dado hipotético el cual aun no decimos cual es y dejamos por el momento como un espacio sin escribir, imaginemos ahora que lo escribimos según una dinámica sociocultural dada, hipotética, al precisar ese ámbito social como de socioculturalidad, las relaciones entre sujeto y objeto implícitas al performance se definen como una interacción simbólica de equivalencias, anticipaciones y supuestos implícitos que entran a formar parte en el lenguaje de la obra, es eso que llamamos el espectador implícito, en tanto si borramos nuevamente ese ámbito y en vez de escribirlo con sociocultura, lo hacemos con vida cotidiana, dos relaciones enteramente distintas espacio-temporales, la relación no supone ya una interacción en un espacio sociocultural de supuestos omitidos o sobre-entendidos de socio-culturalidad implícitos a la obra, nuestro dominio de un cierto acerbo, por ejemplo, sino que es una relación de participación, restituido el ahora aquí de esa interacción, el interactuante se vuelve esta vez en participante, bien sea que hablemos de arte aleatorista o experimentalista, donde el espectador puede ser uno lúdicro, o bien sea que hablemos de modalidades interdisciplinarias como en la relación arte –sociología, o arte-antropología, donde ese participante, aquí el artista mismo, puede ser bien un observador participante, donde el espectador puede ser uno critico-reflexivo, o simplemente la invocación de un presente participativo suponer la revocación del presente absoluto como espacio-temporalidad terapéutica. 

    Primero hemos considerado el ámbito social prestando atención a la elaboración de obras como un asunto relativo a la anticipación de un espectador en el lenguaje mismo de la pieza, luego hemos considerado un espectador directo en la espacio temporalidad en que la obra es contemplada in situ, también hemos considerado una crítica de esa obra que al contemplar la relación entre la obra y sus espectadores valora la crítica de esa relación como un ámbito social. 

    Hemos precisado, sin embargo, como la relación sujeto-objeto implícita a todo performance, (sujeto de la percepción, que percibe o recibe el mundo dado a los sentidos, sujeto de la observación, el análisis o la crítica, objeto de esa percepción, esa observación o esa crítica), puede ser distinta según precisemos la espacio temporalidad de ese ámbito social entendiéndolo una vez como una dinámica sociocultural, ocasión en que las relaciones se tornan interacciones simbólicas, supuestos implícitos, anticipaciones tipificadoras, correlaciones acerbicas, sobre entendidos contextuales de socioculturalidad, y entendiéndolo otra vez según el transcurrir de vida cotidiana donde lo que tenemos en frente no es una dinámica de socioculturalidad, sino un transcurrir de vida, pasando el interactuante ahora-aquí en el mismo espacio y tiempo a ser un participante en tanto la relación sujeto-objeto implícita al performance se dota de preguntas sobre el modo de esa participación, si es un simple participante, un observador participante o se revoca, como decía, una relación terapéutica. 

   En años recientes, mientras la plástica tiende a una autotelia respecto a estos temas, algo que nos ha caracterizado desde la temprana vanguardia plástica en Europa, más bien tienden a ser las artes escénicas, sobre todo la danza y el teatro las que están haciendo un esfuerzo mayor por comunicar y tender puentes entre las artes en estos aspectos. Así, mientras antes he querido precisar, en consecuencia con mi lecture ofrecido en el panel de los Ángeles, peculiaridades propias a especificidades espacio-temporales que distinguen y diferencian nuestras acepciones especializadas sobre performance o happenings desde las artes plásticas en sus diferencias con las mismas acepciones en las artes escénicas, ahora quisiera subrayar que debemos valorar en sentido hermenéutico y axiológico el esfuerzo que artistas provenientes de las artes escénicas como Heidi Abderhalden, están haciendo por comunicar las artes. 

   El esfuerzo que Heidi Abderhalden y Rolf vienen desarrollando en este sentido lo considero  sobresaliente no remitiéndome únicamente a esta obra, sino también a otras obras suyas desarrolladas en Colombia e internacionalmente las cuales Heidi me mostro en aquella ocasión. Abundare a continuación en otras riquezas de lenguaje artístico, formales y estéticas, no sin apuntar la obvia y notable originalidad que caracteriza a Heidi como artista, propia a aspectos facticos, por ejemplo, relativos a la exploración del medio y el media de su efectuación escénica, otros semánticos, o relativas a relaciones de sentido, gracias a los cuales considero las obras de Heidi Abderhalden y Rolf de un gran alcance en tanto ensanchan y amplian posibilidades y potencialidades comunicativas entre las artes.

    Volviendo sobre mi análisis anterior en que pongo el acento sobre la relación entre un plano extensivo de simultaneidad, el espacio expositivo tratado como una variedad de puntos sobre un plano de simultaneidad en cada uno de los cuales transcurren pequeñas escenificaciones no necesariamente relacionadas unas a otras, al cual superponemos otros tres planos, uno primero en el que, como en el happening, la duración de lo que vemos, la obra en sí, dura el mismo tiempo que toma el transcurrir de los espectadores por el espacio, su recorrido unos minutos ese solo día esa sola noche, uno segundo, mi acento sobre la gestualidad corporal propia al modo en que Heidi hace entrar la cámara como un elemento gestual-participativo en su relación al todo espacio-temporal de esa mise in scene tratándola no como un elemento exógeno o extrinsecado que interviene con una lógica otra para obtener una documentación, sino como un elemento que es parte de la situación y se ocupa en captar relaciones espontaneas que tienen lugar entre el público y estas pequeñas escenificaciones, cuando en realidad debemos hablar aquí de la presencia de dos planos de cámara, uno que se mueve a gran velocidad en relación al todo que transcurre, el otro ocupado en las relaciones de puntualidad, cada escenificación como punto en su carácter de performances en sí.

    Algunas de estas escenificaciones o pequeños performances son multimedia-performances, dada la inclusión junto al cuerpo, de imágenes proyectadas, y el efecto que de estas singularidades se obtiene en tanto propuestas visuales por lo que cada una es visualmente y por el todo visual que proveen a esa muestra rápida y gestual en su conjunto, cuando percibiéndole desde distintos ángulos del espacio en L, forman un todo cambiante o improviso de panorámicas diagonales, lo que desde una recta de la L se puede percibir en diagonal hace simultaneas imágenes próximas en este lado de la recta y alejadas en su otro lado, o rectas en sí, esos clouse ups que desde cada rectángulo de la L hacemos hacia cada escenificación o performance por lo que este propone visualmente en sí. 

    Falta, sin embargo, respecto a todo lo hasta aquí discutido sobre Heidi y Rolf a propósito de ella, abrir una pregunta sobre el todo estético de esta pieza u obra, específicamente la mostrada en la casa de la cultura japonesa en Los Angeles si mal no recuerdo titulada Prometeo in the Making. Cierto es que en las últimas décadas en las artes escénicas, sobre todo en los ámbitos del cine, el film y el video, aunque no menos también en la danza y el teatro, el arte de búsqueda o experimental a tendido a evitar o eludir la propensión del canon dramatúrgico a la construcción de guiones, libretos, estructuras dramáticas o suplementos textuales y argumentativos de tipo líneal en favor de una desnarrativizacion que elude la subordinación a un eslabonamiento aristotélico, introducción, desarrollo, nudo, desenlace, o en su lugar, a simplemente revocar las posibilidades que ofrece el fragmento de retomar relaciones más metonímicas con el todo estético de la pieza disminuyendo el carácter Hexotopico provisto por una sola posibilidad de relación entre sus elementos y explorando posibilidades mas aleatorias. 

    La muestra expuesta por Heidi y Rolf en los Angeles podríamos considerarla dentro de esta ultima inclinación, bien tratemos de entender su conjunto entrándole desde un lado o el otro, supeditando por ejemplo los pequeños elementos a ese Pasaje Ritual que es la pieza en su conjunto y que la cámara evoca al acentuar como cuerpo-cámara móvil, la instantaneidad y velocidad de escenificaciones simultaneas relacionadas a un solo movimiento de duración, el del recorrido de los espectadores que está por concluir, o bien sea que miremos hacia las impresiones de conjunto que obtenemos desde cualquiera de los ángulos de esa L tratando de asir un sentido del todo artístico de la pieza, el centro de esta pieza, como en otras de Heidi y Rolf, parece la exploración aleatorista. 

    De hecho, si miramos desde acá en un angulo lateral percibiendo su perfil,  la chica rescostada a la pared como si estuviese expuesta en ella y comiéndose algo y por detrás de su cara en la pared de background, la proyección en gran escala de imágenes de travestis, o bien sea que la miremos desde otro angulo, en el primer plano la chica con la lagrima pintada en su rostro de payasa en medio del público y en su trasfondo,  sobre un lado, Heidi-cámara móvil, (y varias cámaras que captan relaciones publico-performances), sobre el otro, el chico tocando la guitarra, y allá en lo lejos, en la pared de trasfondo, al otro lado del espacio, la proyección a gran escala de escaleras automáticas de corredera en algún gran mol o supermercado urbano trasladando personas que suben y bajan, o la chica con la bandera de EUA y los huevos en el piso, sobre cuyo cuerpo las escaleras automáticas se proyectan, parece obvio que los elementos en si distribuidos en el espacio en tanto imágenes no guardan una relación ilada o relativa a una trama supeditada a un texto dramatúrgico, algún guion, librero o incluso, a alguna textualidad subyacente o relación texto-visual sobrepuesta o fija, dada de una vez y por todas en un solo modo, que le ofrezca a todo aquello una relación de conjunto, antes bien, se trata, como decía, de una experimentación aleatorista con el fragmento. 

   Esta fragmentariedad, sin embargo, y me remito esta vez a otras obras que la artista me mostro en el computador, parece en Heidi Abderhalden y Rolf mas relacionada al cinema que propiamente al teatro o la danza aunque provenga de aquellos. Que podría relacionar escaleras automáticas y una chica recostada a la pared que come?, porque come?, porque recostada a la pared?, porque una chica con la bandera de EUA?, que relaciona a una chica que come y a otra con la bandera de EUA?, que relaciona escaleras automáticas y travestis?, o travestis y chicas que comen recostadas a la pared?, o travestis y bandera de EUA, o bandera de EUA y chica que come recostada a la pared?, que relaciona bandera de EUA y huevos en el piso?,  o travestis y huevos en el piso?, o huevos en el piso y una chica que come?, que relaciona un chico que toca la guitarra y travestis?, o chico que toca la guitarra y bandera de EUA?, dado que no parece darse una relación precisa entre estos elementos, las relaciones entre ellas solo parecen discernibles o como tropos o como relaciones cinemáticas.

   Trasformar las relaciones espaciales en tropos atraves de la imagen especular, es una tendencia recurrente que he discutido antes como Tropos Espaciales en unos casos y como impulsos sinegdoticos y posinegdoticos en otros, la creación de tropos espaciales ha sido una respuesta en años recientes a cierta tendencia a la abyección de las imágenes a la que tendió el imaginario visual del video beens y la proyección de films o cinemas en settings multimediales, la muestra de Heidi parece moverse dentro de este ímpetu. 

    Mientras nuestra identidad sexual se define y transcurre como heterosexuales alrededor de la identidad y la diferencia entre nuestra sexualidad, masculinidad versus feminidad, como elementos que se necesitan, se complementan y se armonizan ello ocurre en la misma medida en que se son distintos, a los hombres nos gustan las mujeres por su feminidad, todo lo demás que pueda hacérsenos imprescindible en la mujer está supeditado a este principio básico de relación entre identidad y otredad el cual es a la vez genérico y sexual, supone pues una mismidad, es decir, la identidad del sexo uno para consigo en su identidad consigo mismo, lo idéntico a sí mismo de cada identidad sexual como su mismidad, el travestismo, sin embargo, supone el abandono de esta identidad sexual propia para adquirir la identidad de su otredad sexual, dado que ello es imposible, esta trasgresión ocurre solo en un nivel simbólico, es decir, imaginario, se trata pues con el travesti de una negación de la relación entre identidad y otredad, acudirá Heidi a un principio de transgresión genérica respecto al sexo como una metáfora o un modo tropológico de aludir a cierta transgresión genérica que podría estar supuesta en lo que hemos discutido antes sobre las relaciones entre las artes?.

   Son las artes tan distintas entre sí en sus diferencias que solo podrían conciliarse en términos de transgresiones simbólicas o imaginarias de relaciones entre identidades y otredades, o identidades y alteridades propias a cada arte en su diferencia a las otras?, O se trataría acaso de un modo en el que Heidi y Rolf simplemente se pasan hacia las artes plásticas?. Cierto es que pasarse enteramente, es imposible, sin embargo, sabemos de relaciones de pertenencia aceptadas de unas artes en las otras.

   Dejare sin embargo abierta otra pregunta que solo Heidi y Rolf podrán responder, coexistirían acaso estos distintos elementos aparentemente no relacionados, que definía antes como relaciones entre fragmentos o imágenes cinemáticas especulares, de acuerdo a  una forma textual por Heidi yRolf prevista, como por ejemplo, un lecture o un paper para el cual las imágenes de esta muestra de un día serian sus ilustraciones?, esta pregunta, estoy seguro, en tanto Heidi incursiona escritura y lectures, solo podría responderse con ese texto cerrando así este primer esfuerzo respecto a Heidi y Rolf, con un Despues de los Hechos en alusión a este poco divulgado librito de Geertz.

Notes


- See Relations and Differences between the Arts: A Matter of the History of Conscience. By Abdel Hernandez San Juan, Lecture discussed at Los Angeles Art Festival Panel, with Lectures by Abdel Hernandez, Surpic Angelini, Villegas and Robert, The Japanize House of Culture, second flour, December, Los Angeles, California, USA, 2002

- Para ampliar sobre estas correlaciones en sus variados aspectos en un sentido propiamente filosófico, leer mi libro The Subject in Creativity, book

  - Para abundar sobre otras relaciones experimentales implícitas a estas relaciones leer mi ensayo Regarding the Inmaterial: Lyotard at Pompidue 

- Reports from The Threshold of Art and Anthropology. By Abdel Hernandez San Juan, Stephen A Tyler, George Marcus, Surpic Angelini and other ethnographers, rice anthropology, Houston, texas, usa, 1997 

- Para un modo una incursión de Heidi en modo escritural de ensayo, paper y lecture ver su ensayo-lecture El Cuerpo del Texto y El Texto del Cuerpo, una ponencia discutida por Heidi en Peregrino, Heidi abderhalden y María Teresa Incapie, peregrino@colombia.com, Bogota, Colombia

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